
La organización Un Techo para mi País, presente en 11 países de Latinoamérica, existe en Córdoba desde 2003, y ya se ganó un lugar importante en la sociedad cordobesa, porque logró que más de 240 familias tengan su techo propio.
Pero la construcción de viviendas de emergencia es sólo la primera etapa de una intervención que los organizadores quieren que sea mucho más profunda e incluye un trabajo integral para la superación de la pobreza, mediante tres etapas de intervención social: la construcción de las viviendas, la intervención comunitaria en los asentamientos y el desarrollo comunitario.
No obstante, los voluntarios no pretenden asistir a las comunidades para siempre, "La idea es que el Techo se termine yendo del barrio una vez que aprendan a organizarse y ser autosuficientes", expresó José Coppari, director de la institución. En la actualidad esto todavía no ha sucedido en ningún barrio, y los voluntarios se encuentran trabajando en las zonas intervenidas. "Es un trabajo de hormiga", manifestó Coppari, y recalcó que al ser tan reciente la organización en Córdoba, todavía no han podido implementar la tercera etapa, que consiste en lograr que la comunidad sea totalmente autosustentable.
Voluntariado. La apuesta fuerte de la organización está en la cantidad de voluntarios que movilizan año a año. Coppari destacó que si bien el voluntariado en Argentina no está muy desarrollado, ni formalizado como en otros países, desde 2003 hasta hoy han logrado movilizar más de tres mil jóvenes, y este año planean contar con mil más. A esto se le suma un staff permanente de 150 voluntarios. "Las actividades son muy variadas y han llegado a un nivel de ‘profesionalización’ admirable, fruto de las exigencias mismas de la realidad y los trabajos desarrollados", destacó Coppari.
Desde la organización, apuntan principalmente a un voluntariado compuesto por estudiantes universitarios, para que desde sus profesiones o estudios aporten a la organización. De esta manera se forman equipos de trabajo interdisciplinarios, que significan una experiencia laboral, humana y profesional muy importante.
Cuando llegan a un barrio, la primera etapa de trabajo les lleva unos seis meses. Incluye la primera visita al barrio, trabajos de relevamiento, selección de las familias beneficiadas y la construcción de las casas. Una vez finalizada, se da comienzo a la etapa de intervención social en la comunidad. En esta instancia la organización actúa como un mediador, ayuda a la comunidad a organizarse, plantearse sus necesidades y llevarlas a cabo. Para esto trabajan en forma integral con otras organizaciones, actores sociales y con reparticiones estatales.
A través de una "mesa de trabajo", los representantes del barrio plantean sus necesidades y, junto a los voluntarios, discuten las actividades a llevar a cabo para mejorar la situación de la comunidad.
A través de este mecanismo ya se han organizado cursos de capacitación con la Cruz Roja, actividades de educación con dispensarios y apoyo escolar para los más chicos, entre otras actividades. Ahora están estudiando la posibilidad de otorgar microcréditos.
Fuente y foto: lavoz.com.ar
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